DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN
Salmo responsorial: Salmo 117, 1- 2. 16ab-17. 22-23 (R.: 24)
R. Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
Eterna es su misericordia. R.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R.
La piedra que desecharon los arquitectos,
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R.
Con la resurrección de Jesús Dios nos ha abierto las puertas de la eternidad, y nos invita a buscar los bienes de allá arriba, donde está Jesús, el Señor, el Cristo. Y nosotros respondemos con este salmo cantando a voz en grito nuestra alegría y nuestro gozo.
Cantar que la misericordia de Dios es eterna es gritar nuestra esperanza, es decir con el corazón nuestra fe en que estamos hechos para la vida eterna y no para la muerte.
Con este salmo buscamos a Jesús resucitado como María Magdalena, Juan y Pedro.
Que te busquemos Señor, y que tú nos encuentres anunciando tu victoria y sirviendo a nuestros hermanos.
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