Este fin de semana hemos vivido una experiencia inolvidable parte del grupo de Alpha de la Pastoral Universitaria. Los Urrutias nos han dejado momentos de risas, de complicidad, de compartir las historias y el corazón. Las charlas nos formaron, pero también nos transformaron, Los momentos de intimidad con el Señor nos renovaron. Dios nos ha regalado ser esa pieza única en este puzle que Él hace con amor y paciencia.
Lo que ha hecho especial esta convivencia no ha sido el destino, ni tan siquiera toda la información que se maneja antes de partir, ni lo que visitas una vez estás allí… Lo realmente inolvidable son las personas con las que hemos compartido esta escapada, esos momentos especiales que permanecerán en nuestro corazón y las ganas que quedan de repetir. Es todo aquello que aprendes y vives que no se te olvida al volver a casa. Es darte la oportunidad de dejar las dudas a un lado porque hay una esperanza que lo abraza todo. Es la sensación de sentirte acompañado por una familia con apellido “Pastoral” que te hace creer y crecer.
Tengo la certeza de que somos lámparas encendidas para alumbrar en este mundo y que este fin de semana ha sido un soplo del Espíritu para que nuestra luz brille más fuerte que nunca, “su luz es mi raíz y mi destino” y el grupo de la pastoral está listo para seguir caminando hacia Él.
Comments